En la actualidad, gran parte del trabajo de cuidados es no remunerado e invisibilizado, lo cierto es que la economía se desarrolla sobre una base de cuidados que casi nadie quiere notar. Las investigaciones demuestran que la pandemia amplió la brecha de género en varios aspectos y particularmente en la feminización de las tareas de cuidados. En América Latina, Perú y Argentina encaminan un debate legislativo y avizoran una obstaculizada pero necesaria implementación en el ámbito privado.
Por Mariana Mei
La naturalización social de que existen trabajos para mujeres y otros para varones y determina desigualdades en el acceso a derechos humanos fundamentales. Hoy, esta división hace que las mujeres y LGBTI+ se desarrollen en ámbitos precarizados y que se hagan cargo en mayor medida de los cuidados para que los demás actores económicos puedan desarrollarse.
La participación económica de las mujeres está atravesada por brechas estructurales a nivel nacional como internacional. El 12,9% de la población, 5.114.190 personas, tiene alguna discapacidad en nuestro país. Y del total de personas que tienen Certificado Único de Discapacidad, podemos estimar que aproximadamente 126.000 personas, necesitan un alto grado de apoyos y asistencia directa para la vida diaria . Aproximadamente un 95% de los niños de 0 a 2 y un 60% de los niños de 3 años no asisten a establecimientos educativos y de cuidados. El 45% de los jardines o escuelas infantiles no cuenta con sala de 3 años. La mitad de las mujeres con niños menores de 3 años están fuera del mercado laboral y por lo tanto, sin ingresos propios. Estas actividades son tareas de cuidado así se desprende de las conclusiones investigaciones elaboradas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina. Especialistas en la materia han elaborado informes recabando información, Recuperación económica con perspectiva de género y Lineamientos para una estrategia de desarrollo sostenible e inclusivo donde hace visible el valor social y económico de los cuidados y los reconoce como lo que realmente es: un trabajo, ya sea que se desarrollen al interior de los hogares, en el ámbito comunitario, público o privado.
El escenario estableció los cimientos de la iniciativa que fue presentada por el Presidente Alberto Fernández con el aval de la entonces Ministra de Genero y Diversidades Elizabeth Gómez Alcorta a principios de mayo .Allí destacó que la construcción de un sistema de cuidados, la política de licencias es una pieza central para alcanzar la corresponsabilidad entre los géneros. En la actualidad, Argentina se encuentra por debajo de las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo ya que la licencia por maternidad es de 90 días (casi 13 semanas) y la de paternidad es de solamente 2 días. De aprobarse el proyecto, Argentina pasaría a estar a la vanguardia de los regímenes existentes en la región.
Hace unas semanas, en la XV Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, las ministras Vizzotti y Mazzina disertaron sobre cuidado e igualdad de género .Las funcionarias destacaron la importancia de generar políticas públicas intersectoriales y normativas para revertir la feminización de los cuidados en favor de una responsabilidad. En reclamo por el avance en la materia la ministra Carla Vizotti detalló que el 60 por ciento del personal de salud somos mujeres y en especialidades como enfermería, con la importancia que tiene, ese porcentaje es todavía más alto. No obstante, los cargos o posiciones de decisión en la mayoría no son mujeres. . Según el Foro, alcanzar la igualdad de género llevará más de un siglo: 132 años.
“Cuidar en Igualdad” impulsa la creación del Sistema Integral de Políticas de Cuidados de Argentina (SINCA), cuyo objetivo será reconocer esa tarea como una necesidad, un trabajo y un derecho y garantizar el acceso a la ampliación de licencias a más de 8 millones de personas. La medida reconoce además el derecho a las tareas de cuidado de monotributistas, monotributistas sociales y autónomos; establece el mismo régimen para personal de casas particulares, temporario de trabajo agrario, y para toda la Administración Pública Nacional. Las intenciones son buenas pero aún no comenzó a funcionar su engranaje legislativo y lleva meses.
Asimismo en Perú un proyecto de ley en el mismo sentido fue presentado por el Ejecutivo hace cuatro meses y está a la espera de su discusión en el Congreso. El tema de la repartición de trabajos es un punto vital, ya que según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo que el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) elaboró en el 2010, las mujeres le dedican 39 horas semanales a las tareas domésticas, frente a 13 de los varones, es decir las mujeres dedican el triple de tiempo que ellos.
En la iniciativa local se elimina la presunción de renuncia frente a la no reincorporación de la persona gestante, no gestante y adoptante; modifica las licencias especiales previstas en la Ley de Contrato de Trabajo para ampliar el derecho al cuidado; y promueve la producción y registro de datos para otorgar servicios acordes a las necesidades. Hace tiempo el tema viene buscando su lugar , en abril de 2019 el entonces legislador Carlos Tomada presentó el proyecto de ley «Sistema Integral de Cuidados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires» en la sede de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).
Más datos avalan este clamor regional como la declaración del Foro Económico Mundial de 146 economías, sólo 1 de cada 5 redujo la desigualdad en un 1%. Si bien se ha avanzado en la conceptualización de los cuidados como un derecho; como parte integral de las cadenas de valor; como parte de los sistemas de protección social; cuidados con corresponsabilidad de actores estratégicos como Estado, empresa, sociedad civil y comunidad y la participación de los hombres; y como eje transversal de las políticas de recuperación y crecimiento. La Comisión Interamericana de Mujeres (CIM/OEA) y la Unión Europea (UE), a través del área de Igualdad de Género del programa EUROsociAL desde el inicio de la pandemia del COVID-19 en marzo de 2020, han articulado un proceso de trabajo para fortalecer las políticas públicas de los Estados sobre los derechos y autonomía económica de las mujeres. Los cuidados se consideraron una barrera estructural para el acceso de las mujeres a la vida productiva, y el COVID-19 como un detonante de una emergencia global de los cuidados que ha afectado o desproporcionadamente a las mujeres, sacándolas del mercado laboral. Con esos antecedentes se avanzó en la elaboración de la presente Ley Modelo Interamericana de Cuidados como un paso importante para eliminar barreras estructurales a través del fortalecimiento de los marcos normativos de los Estados.
En el país, todo el arco institucional avala un avance en la ley que de ser aplicada cambie la cotidianeidad de muchas personas: Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad; Ministerio de Desarrollo Social; Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; Ministerio de Educación; Ministerio de Salud; Ministerio de Economía; Ministerio de Desarrollo Productivo; Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP-PAMI); Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS); Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES); Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP); Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES); Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales; Ministerio de Obras Públicas.
El paisaje legislativo espera una sesión en Diputados el jueves 24 con un temario ya definido y una paralización virtual del Senado. Sin embargo antes de encarar el camino de llegada de un Sistema de Cuidados equitativo deberá discutirse en Comisiones su financiamiento e implementación para que no quede en buenas intenciones. La clave de esta legislación es admitir el valor económico, social y cultural de las tareas de cuidado y su impacto en la distribución desigual entre los géneros. Es tan fácil como reconocer que durante siglos los seres humanos han podido desarrollarse en sus oficios y profesiones porque otros que generalmente son otras se han ocupado de llevar adelante las tareas que la cotidianeidad requiere: cocinar, atender, limpiar y asistir en caso de enfermedades. Tampoco será simple que mas allá de las licencias sean reconocidos los cuidados en el área privada se convertirá en un desafío la unión de los sectores estratégicos para alcanzar ese fin, en un marco de colaboración interinstitucional y avanzar en un cambio de paradigma cultural.