Encender una luz , cerca o lejos

Por Mariana Mei

El 15 de octubre, se conmemora el Día Internacional del Duelo Gestacional y Perinatal.  Con el establecimiento de un día en el calendario viene una definición con la que es fácil no coincidir y  ya verán porque. Cuando un deseo se convierte en noticia para los que buscaban ese sueño ya está …se logró la Copa Mundial, para decirlo gráficamente. Pero no siempre es así…

¿Cuándo se considera una muerte perinatal?

Es la muerte que ocurre en el período comprendido a partir de las 22 semanas completas (154 días) de gestación o con 500 gramos o más de peso fetal, hasta los siete días después del nacimiento En tanto que la muerte neonatal: es la muerte ocurrida entre el nacimiento y los primeros 28 días completos de vida.

En los últimos años esta taxativa definición empezó a cambiar y a involucrar los sentimientos de quienes lo atraviesan por eso en muchos establecimientos de Salud convocan al Equipo Interdisciplinario de Acompañamiento en Duelo Gestacional y Perinatal y las familias que transitaron esta experiencia.

En este día , supimos que el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) que para recordarlos ofrendan  comida, dulce de calabaza, frutas, agua, caramelos, leche y sal. También velas y flores blancas.En varios pueblos de México, el 31 de octubre se pone la ofrenda a los bebés no nacidos y a aquellos niños que no fueron bautizados antes de morir, De acuerdo con la tradición católica, se encuentran en el limbo y no fueron condenados al infierno.. El 1 de noviembre: Llegan los difuntos que tuvieron una vida ejemplar, así como la de los niños que sí fueron bautizados.

Lo cierto y no solamente por un credo, a muchos nos gusta prender una vela para pedir que a nuestros seres queridos, amigos, vecinos, al país y al Planeta les vaya bien. Así que puede ser una buena oportunidad encender una luz por esos sueños que no llegaron aquí, por esas familias que lo viven. Es un modo de hacerles saber que están recibiendo apoyo de cerca y de lejos, una caricia, una bendición y más que nunca un beso al cielo (como suele decirse cuando no encontramos una escalera que nos haga la segunda).

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