Salud sexual: Convivencia y conveniencia

Los derechos sexuales y reproductivos son parte necesaria de nuestros Derechos Humanos, lo cual implica el ejercicio de la sexualidad con libertad y sin violencia para el desarrollo pleno en todos los ámbitos de la vida. A un paso de cumplir dos décadas la Ley N° 26.150 de 2006 que establece el derecho a recibir Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas, deja un panorama a analizar con respecto al ejercicio de tales derechos y al concepto de Salud Sexual que se celebra el 4 de setiembre.
Desde la salud y la Justicia se propone trabajar sobre violencia sexual contra niños y adolescentes, con el propósito de generar un intercambio entre madres protectoras, sobrevivientes, y profesionales de la salud y el derecho, para identificar obstáculos y proponer nuevas prácticas en salud y justicia, que tiendan a la reparación de las víctimas y la restitución de derechos. 
De hecho, recientemente la FUSA AC relevó datos que preocupan: en la región, una de cada seis niñas y uno de cada diez niños ha sufrido abuso sexual, y la mayoría de los casos son perpetrados en el entorno familiar (74.2%) y por hombres (81.1%) según datos de Unicef, se estima que se denuncian 100 de cada 1.000 casos, y sólo uno resulta con condena .
Para que se logre  y perdure la salud sexual, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud de acuerdo a lo que postula la OMS. Ni el contenido erótico en todos los dispositivos, ni la rápida  viralización son condición de información de calidad, aunque muchos confundan los tantos. La ESI es el inicio de una Salud Sexual plena a lo largo de la vida. Ambas acepciones conviven o deberían hacerlo en el andamiaje de Derechos de cualquier sociedad.Conviene que así sea.

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